12 Dios miró a la tierra, y he aquí que estaba viciada, porque toda
carne tenía una conducta viciosa sobre la tierra.
13 Dijo, pues, Dios a Noé: «He decidido acabar con toda carne,
porque la tierra está llena de violencias por culpa de ellos. Por eso, he aquí
que voy a exterminarlos de la tierra.
14 Hazte un arca de maderas resinosas. Haces el arca de cañizo y la
calafateas por dentro y por fuera con betún.
15 Así es como la harás: longitud del arca, trescientos codos; su
anchura, cincuenta codos; y su altura, treinta codos.
16 Haces al arca una cubierta y a un codo la rematarás por encima,
pones la puerta del arca en su costado, y haces un primer piso, un segundo
y un tercero.
17 «Por mi parte, voy a traer el diluvio, las aguas sobre la tierra, para
exterminar toda carne que tiene hálito de vida bajo el cielo: todo
cuanto
existe en la tierra perecerá.
18 Pero contigo estableceré mi alianza: Entrarás en el arca tú y tus
hijos, tu mujer y las mujeres de tus hijos contigo.
19 Y de todo ser viviente, de toda carne, meterás en el arca una pareja
para que sobrevivan contigo. Serán macho y hembra.
20 De cada especie de aves, de cada especie de ganados, de cada
especie de sierpes del suelo entrarán contigo sendas parejas para sobrevivir.
21 Tú mismo procúrate toda suerte de víveres y hazte acopio para que
os sirvan de comida a ti y a ellos.»
22 Así lo hizo Noé y ejecutó todo lo que le había mandado Dios.