5 Mirad a las gentes, contemplad, quedad estupefactos, atónitos: voy a
hacer yo una obra en vuestros días que no creeríais si se os contara.
6 Pues he aquí que yo suscito a los caldeos, pueblo acerbo y fogoso,
que recorre las anchuras de la tierra, para apoderarse de moradas ajenas.
7 Espantoso es y terrible; de él solo salen su juicio y su grandeza;
8 más raudos son que leopardos sus caballos, más agudos que lobos de
la tarde; sus jinetes galopan, vienen de lejos sus jinetes, vuelan como águila
que se precipita a devorar.
9 Llegan todos para hacer violencia, el ardor de sus rostros, como un
viento del este, amontona cautivos como arena.