4 Su fulgor es como la luz, rayos tiene que saltan de su mano, allí se
oculta su poder.
5 Delante de él marcha la peste, sale la fiebre tras sus pasos.
6 Se planta él y hace temblar la tierra, mira y hace estremecerse a las
naciones; se desmoronan los montes eternos, se hunden los
collados
antiguos, ¡sus caminos de siempre!
7 En desgracia he visto las tiendas de Kusán, se estremecen los
pabellones de Madián.
8 ¿Contra los ríos arde tu cólera, Yahveh, contra el mar tu furor, para
que montes en tus caballos, en tus carros de victoria?
9 Tú desnudas tu arco, sacias su cuerda de saetas. = Pausa. = De ríos
surcas tú la tierra;
10 te ven y se espantan los montes, un diluvio de agua pasa, el abismo
deja oír su voz. En alto levanta sus manos
11 el sol, la luna se detiene en su sitio, a la luz de tus
saetas que
parten, al fulgor del centellear de tu lanza.
12 Con furia atraviesas la tierra, con cólera pisoteas las naciones.