4 Y nadie se arroga tal dignidad, sino el llamado por Dios, lo mismo
que Aarón.
5 De igual modo, tampoco Cristo se apropió la gloria del Sumo
Sacerdocio, sino que la tuvo de quien le dijo: = Hijo mío eres tú; yo te he
engendrado hoy. =
6 Como también dice en otro lugar: = Tú eres sacerdote para siempre,
a semejanza de Melquisedec. =
7 El cual, habiendo ofrecido en los días de su vida mortal ruegos y
súplicas con poderoso clamor y lágrimas al que podía salvarle de la muerte,
fue escuchado por su actitud reverente,
8 y aun siendo Hijo, con lo que padeció experimentó la obediencia;
9 y llegado a la perfección, se convirtió en causa de salvación eterna
para todos los que le obedecen,
10 proclamado por Dios Sumo Sacerdote = a semejanza de
Melquisedec. =
11 Sobre este particular tenemos muchas cosas que decir, aunque
difíciles de explicar, porque os habéis hecho tardos de entendimiento.
12 Pues debiendo ser ya maestros en razón del tiempo, volvéis a tener
necesidad de ser instruidos en los primeros rudimentos de los oráculos
divinos, y os habéis hecho tales que tenéis necesidad de leche en lugar de
manjar sólido.