9 Todo ello es una figura del tiempo presente, en cuanto que allí
se
ofrecen dones y sacrificios incapaces de perfeccionar en su conciencia
al
adorador,
10 y sólo son prescripciones carnales, que versan sobre comidas y
bebidas y sobre abluciones de todo género, impuestas hasta el tiempo de la
reforma.
11 Pero presentóse Cristo como Sumo Sacerdote de los bienes futuros,
a través de una Tienda mayor y más perfecta, no fabricada por mano
de
hombre, es decir, no de este mundo.
12 Y penetró en el santuario una vez para siempre, no con sangre de
machos cabríos ni de novillos, sino con su propia sangre, consiguiendo una
redención eterna.