18 Al oír esto se tranquilizaron y glorificaron a Dios diciendo: «Así
pues, también a los gentiles les ha dado Dios la conversión que lleva a la
vida.»
19 Los que se habían dispersado cuando la tribulación originada a la
muerte de Esteban, llegaron en su recorrido hasta Fenicia, Chipre y
Antioquía, sin predicar la Palabra a nadie más que a los judíos.
20 Pero había entre ellos algunos chipriotas y cirenenses que, venidos
a Antioquía, hablaban también a los griegos y les anunciaban la Buena
Nueva del Señor Jesús.
21 La mano del Señor estaba con ellos, y un crecido número recibió la
fe y se convirtió al Señor.
22 La noticia de esto llegó a oídos de la Iglesia de Jerusalén y
enviaron a Bernabé a Antioquía.