24 porque era un hombre bueno, lleno de Espíritu Santo y de fe. Y una
considerable multitud se agregó al Señor.
25 Partió para Tarso en busca de Saulo,
26 y en cuanto le encontró, le llevó a Antioquía. Estuvieron juntos
durante un año entero en la Iglesia y adoctrinaron a una gran muchedumbre.
En Antioquía fue donde, por primera vez, los discípulos recibieron el
nombre de «cristianos».
27 Por aquellos días bajaron unos profetas de Jerusalén a Antioquía.
28 Uno de ellos, llamado Ágabo, movido por el Espíritu, se levantó y
profetizó que vendría una gran hambre sobre toda la tierra, la que hubo en
tiempo de Claudio.