9 Y salió siguiéndole. No acababa de darse cuenta de que era verdad
cuanto hacía el ángel, sino que se figuraba ver una visión.
10 Pasaron la primera y segunda guardia y llegaron a la puerta de
hierro que daba a la ciudad. Esta se les abrió por sí misma.
Salieron y
anduvieron hasta el final de una calle. Y de pronto el ángel le dejó.