21 Luego pidieron un rey, y Dios les dio a Saúl, hijo de Cis, de la tribu
de Benjamín, durante cuarenta años.
22 Depuso a éste y les suscitó por rey a David, de quien precisamente
dio este testimonio: = He encontrado a David, = el hijo de Jesé, =
un
hombre según mi corazón, que realizará todo lo que yo quiera. =
23 De la descendencia de éste, Dios, según la Promesa, ha suscitado
para Israel un Salvador, Jesús.
24 Juan predicó como precursor, ante su venida, un bautismo de
conversión a todo el pueblo de Israel.
25 Al final de su carrera, Juan decía: “Yo no soy el que vosotros os
pensáis, sino mirad que viene detrás de mí aquel a quien no soy digno de
desatar las sandalias de los pies.”
26 «Hermanos, hijos de la raza de Abraham, y cuantos entre vosotros
temen a Dios: a vosotros ha sido enviada esta Palabra de salvación.
27 Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las
Escrituras de los profetas que se leen cada sábado;
28 y sin hallar en él ningún motivo de muerte pidieron a Pilato que le
hiciera morir.
29 Y cuando hubieron cumplido todo lo que referente a él estaba
escrito, le bajaron del madero, y le pusieron en el sepulcro.
30 Pero Dios le resucitó de entre los muertos.
31 El se apareció durante muchos días a los que habían subido con él
de Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo.
32 «También nosotros os anunciamos la Buena Nueva de que la
Promesa hecha a los padres