23 De la descendencia de éste, Dios, según la Promesa, ha suscitado
para Israel un Salvador, Jesús.
24 Juan predicó como precursor, ante su venida, un bautismo de
conversión a todo el pueblo de Israel.
25 Al final de su carrera, Juan decía: “Yo no soy el que vosotros os
pensáis, sino mirad que viene detrás de mí aquel a quien no soy digno de
desatar las sandalias de los pies.”
26 «Hermanos, hijos de la raza de Abraham, y cuantos entre vosotros
temen a Dios: a vosotros ha sido enviada esta Palabra de salvación.
27 Los habitantes de Jerusalén y sus jefes cumplieron, sin saberlo, las
Escrituras de los profetas que se leen cada sábado;
28 y sin hallar en él ningún motivo de muerte pidieron a Pilato que le
hiciera morir.
29 Y cuando hubieron cumplido todo lo que referente a él estaba
escrito, le bajaron del madero, y le pusieron en el sepulcro.
30 Pero Dios le resucitó de entre los muertos.
31 El se apareció durante muchos días a los que habían subido con él
de Galilea a Jerusalén y que ahora son testigos suyos ante el pueblo.
32 «También nosotros os anunciamos la Buena Nueva de que la
Promesa hecha a los padres
33 Dios la ha cumplido en nosotros, los hijos, al resucitar a Jesús,
como está escrito en los salmos: = Hijo mío eres tú; yo te he engendrado
hoy. =
34 Y que le resucitó de entre los muertos para nunca más volver a la
corrupción, lo tiene declarado: = Os daré las cosas santas de David,
las
verdaderas. =
35 Por eso dice también en otro lugar: = No permitirás que tu santo
experimente la corrupción. =
36 Ahora bien, David, después de haber servido en sus días a los
designios de Dios, murió, se reunió con sus padres y = experimentó
la
corrupción. =
37 En cambio aquel a quien Dios resucitó, = no experimentó la
corrupción. =
38 «Tened, pues, entendido, hermanos, que por medio de éste os es
anunciado el perdón de los pecados; y la total justificación que no pudisteis
obtener por la Ley de Moisés
39 la obtiene por él todo el que cree.
40 Cuidad, pues, de que no sobrevenga lo que dijeron los Profetas:
41 = Mirad, los que despreciáis, asombraos y desapareced, porque en
vuestros días yo voy a realizar una obra, que no creeréis aunque os
la
cuenten.»
42 Al salir les rogaban que les hablasen sobre estas cosas el siguiente
sábado.
43 Disuelta la reunión, muchos judíos y prosélitos que adoraban a
Dios siguieron a Pablo y a Bernabé; éstos conversaban con ellos y
les
persuadían a perseverar fieles a la gracia de Dios.
44 El sábado siguiente se congregó casi toda la ciudad para escuchar
la Palabra de Dios.
45 Los judíos, al ver a la multitud, se llenaron de
envidia y
contradecían con blasfemias cuanto Pablo decía.
46 Entonces dijeron con valentía Pablo y Bernabé: «Era necesario
anunciaros a vosotros en primer lugar la Palabra de Dios; pero ya que la
rechazáis y vosotros mismos no os juzgáis dignos de la vida eterna, mirad
que nos volvemos a los gentiles.
47 Pues así nos lo ordenó el Señor: = Te he puesto como la luz de los
gentiles, para que lleves la salvación hasta el fin de la tierra.» =
48 Al oír esto los gentiles se alegraron y se pusieron a glorificar
la
Palabra del Señor; y creyeron cuantos estaban destinados a una vida eterna.
49 Y la Palabra del Señor se difundía por toda la región.
50 Pero los judíos incitaron a mujeres distinguidas que adoraban a
Dios, y a los principales de la ciudad; promovieron una persecución contra
Pablo y Bernabé y les echaron de su territorio.
51 Estos sacudieron contra ellos el polvo de sus pies y se fueron a
Iconio.
52 Los discípulos quedaron llenos de gozo y del Espíritu Santo.