40 Cuidad, pues, de que no sobrevenga lo que dijeron los Profetas:
41 = Mirad, los que despreciáis, asombraos y desapareced, porque en
vuestros días yo voy a realizar una obra, que no creeréis aunque os
la
cuenten.»
42 Al salir les rogaban que les hablasen sobre estas cosas el siguiente
sábado.
43 Disuelta la reunión, muchos judíos y prosélitos que adoraban a
Dios siguieron a Pablo y a Bernabé; éstos conversaban con ellos y
les
persuadían a perseverar fieles a la gracia de Dios.
44 El sábado siguiente se congregó casi toda la ciudad para escuchar
la Palabra de Dios.
45 Los judíos, al ver a la multitud, se llenaron de
envidia y
contradecían con blasfemias cuanto Pablo decía.
46 Entonces dijeron con valentía Pablo y Bernabé: «Era necesario
anunciaros a vosotros en primer lugar la Palabra de Dios; pero ya que la
rechazáis y vosotros mismos no os juzgáis dignos de la vida eterna, mirad
que nos volvemos a los gentiles.
47 Pues así nos lo ordenó el Señor: = Te he puesto como la luz de los
gentiles, para que lleves la salvación hasta el fin de la tierra.» =