16 y que en las generaciones pasadas permitió que todas las naciones
siguieran sus propios caminos;
17 si bien no dejó de dar testimonio de sí mismo, derramando bienes,
enviándoos desde el cielo lluvias y estaciones fructíferas, llenando vuestros
corazones de sustento y alegría...»
18 Con estas palabras pudieron impedir a duras penas que la gente les
ofreciera un sacrificio.
19 Vinieron entonces de Antioquía e Iconio algunos judíos y,
habiendo persuadido a la gente, lapidaron a Pablo y le arrastraron fuera de
la ciudad, dándole por muerto.
20 Pero él se levantó y, rodeado de los discípulos, entró en la ciudad.