20 sino escribirles que se abstengan de lo que ha sido contaminado por
los ídolos, de la impureza, de los animales estrangulados y de la sangre.
21 Porque desde tiempos antiguos Moisés tiene en cada ciudad sus
predicadores y es leído cada sábado en las sinagogas.»
22 Entonces decidieron los apóstoles y presbíteros, de acuerdo con
toda la Iglesia, elegir de entre ellos algunos hombres y
enviarles a
Antioquía con Pablo y Bernabé; y estos fueron Judas, llamado Barsabás, y
Silas, que eran dirigentes entre los hermanos.
23 Por su medio les enviaron esta carta: «Los apóstoles y
los
presbíteros hermanos, saludan a los hermanos venidos de la gentilidad que
están en Antioquía, en Siria y en Cilicia.
24 Habiendo sabido que algunos de entre nosotros, sin mandato
nuestro, os han perturbado con sus palabras, trastornando vuestros ánimos,
25 hemos decidido de común acuerdo elegir algunos hombres y
enviarlos donde vosotros, juntamente con nuestros queridos Bernabé y
Pablo,
26 que son hombres que han entregado su vida a la causa de nuestro
Señor Jesucristo.
27 Enviamos, pues, a Judas y Silas, quienes os expondrán esto mismo
de viva voz:
28 Que hemos decidido el Espíritu Santo y nosotros no imponeros
más cargas que éstas indispensables:
29 abstenerse de lo sacrificado a los ídolos, de la sangre, de los
animales estrangulados y de la impureza. Haréis bien en guardaros de estas
cosas. Adiós.»
30 Ellos, después de despedirse, bajaron a Antioquía, reunieron la
asamblea y entregaron la carta.
31 La leyeron y se gozaron al recibir aquel aliento.
32 Judas y Silas, que eran también profetas, exhortaron con un largo
discurso a los hermanos y les confortaron.