...la Biblia de Jerusalén
Hechos 16, 27-34
27 Despertó el carcelero y al ver las puertas de la cárcel abiertas, sacó
la espada e iba a matarse, creyendo que los presos habían huido.
28 Pero Pablo le gritó: «No te hagas ningún mal, que estamos todos
aquí.»
29 El carcelero pidió luz, entró de un salto y tembloroso se arrojó a los
pies de Pablo y Silas,
30 los sacó fuera y les dijo: «Señores, ¿qué tengo que hacer para
salvarme?»
31 Le respondieron: «Ten fe en el Señor Jesús y te salvarás tú y
tu
casa.»
32 Y le anunciaron la Palabra del Señor a él y a todos los de su casa.
33 En aquella misma hora de la noche el carcelero los tomó consigo y
les lavó las heridas; inmediatamente recibió el bautismo él y todos
los
suyos.
34 Les hizo entonces subir a su casa, les preparó la mesa y se alegró
con toda su familia por haber creído en Dios.