6 Al no encontrarlos, arrastraron a Jasón y a algunos hermanos ante
los magistrados de la ciudad gritando: «Esos que han revolucionado todo el
mundo se han presentado también aquí,
7 y Jasón les ha hospedado. Además todos ellos van contra los
decretos del César y afirman que hay otro rey, Jesús.»
8 Al oír esto, el pueblo y los magistrados de la ciudad se alborotaron.
9 Pero después de recibir una fianza de Jasón y de los demás, les
dejaron ir.
10 Inmediatamente, por la noche, los hermanos enviaron hacia Berea a
Pablo y Silas. Ellos, al llegar allí, se fueron a la sinagoga de los judíos.
11 Estos eran de un natural mejor que los de Tesalónica, y aceptaron
la palabra de todo corazón. Diariamente examinaban las Escrituras para ver
si las cosas eran así.
12 Creyeron, pues, muchos de ellos y, entre los griegos, mujeres
distinguidas y no pocos hombres.
13 Pero cuando los judíos de Tesalónica se enteraron de que también
en Berea había predicado Pablo la Palabra de Dios, fueron también allá, y
agitaron y alborotaron a la gente.
14 Los hermanos entonces hicieron marchar a toda prisa a Pablo hasta
el mar; Silas y Timoteo se quedaron allí.
15 Los que conducían a Pablo le llevaron hasta Atenas y se volvieron
con una orden para Timoteo y Silas de que fueran donde él lo
antes
posible.