3 Avistamos Chipre y, dejándola a la izquierda, íbamos navegando
rumbo a Siria; arribamos a Tiro, pues allí la nave debía
dejar su
cargamento.
4 Habiendo encontrado a los discípulos nos quedamos allí siete días.
Ellos, iluminados por el Espíritu, decían a Pablo que no subiese a Jerusalén.
5 Cuando se nos pasaron aquellos días, salimos y nos pusimos en
camino. Todos nos acompañaron con sus mujeres e hijos, hasta las afueras
de la ciudad. En la playa nos pusimos de rodillas y oramos;