26 «Claudio Lisias saluda al excelentísimo procurador Félix.»
27 Este hombre había sido apresado por los judíos y estaban a punto
de matarlo cuando, al saber que era romano, acudí yo con la tropa y le libré
de sus manos.
28 Queriendo averiguar el crimen de que le acusaban, le bajé a su
Sanedrín.
29 Y hallé que le acusaban sobre cuestiones de su Ley, pero que no
tenía ningún cargo digno de muerte o de prisión.