12 Como el puerto no era a propósito para invernar, la mayoría
decidió hacerse a la mar desde allí, por si era posible llegar a
Fénica, un
puerto de Creta que mira al suroeste y al noroeste, y pasar allí el invierno.
13 Soplaba ligeramente entonces el viento del sur y creyeron que
podían poner en práctica su propósito; levaron anclas y fueron
costeando
Creta de cerca.
14 Pero no mucho después se desencadenó un viento huracanado
procedente de la isla, llamado Euroaquilón.
15 La nave fue arrastrada y, no pudiendo hacer frente al viento, nos
abandonamos a la deriva .
16 Navegando a sotavento de una isleta llamada Cauda, pudimos con
mucha dificultad hacernos con el bote.
17 Una vez izado el bote se emplearon los cables de refuerzo, ciñendo
el casco por debajo; y por miedo a chocar contra la Sirte, se echó el ancla
flotante. Así se iba a la deriva.