34 Por eso os aconsejo que toméis alimento, pues os conviene para
vuestra propia salvación; que ninguno de vosotros perderá ni un solo
cabello de su cabeza.»
35 Diciendo esto, tomó pan, dio gracias a Dios en presencia de todos,
lo partió y se puso a comer.
36 Entonces todos los demás se animaron y tomaron también
alimento.