Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Hechos 7, 23-60

23 «Cuando cumplió la edad de cuarenta años, se le ocurrió la idea de
visitar = a sus hermanos, los hijos de Israel. =

24 Y al ver que uno de ellos era maltratado, tomó su defensa y vengó
al oprimido = matando al egipcio. =

25 Pensaba él que sus hermanos comprenderían que Dios les daría la
salvación por su mano; pero ellos no lo comprendieron.

26 Al día siguiente se les presentó mientras estaban peleándose y
trataba de ponerles en paz diciendo: “Amigos, que sois hermanos, ¿por qué
os maltratáis uno a otro?”

27 Pero = el que maltrataba a su compañero = le rechazó diciendo: “=

¿Quién te ha nombrado jefe y juez sobre nosotros? =

28 = ¿Es que quieres matarme a mí como mataste ayer al egipcio? =”
29 Al oír esto Moisés huyó y = vivió como forastero en la tierra de

Madián, = donde tuvo dos hijos.

30 «Al cabo de cuarenta años = se le apareció un ángel en el desierto
del monte = Sinaí, = sobre la llama de una zarza = ardiendo.

31 Moisés se maravilló al ver la visión, = y al acercarse a mirarla, se
dejó oír la voz del Señor: =

32 “= Yo soy el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, de Isaac y de
Jacob. =” Moisés temblaba y = no se atrevía a mirar. =

33 El Señor le dijo: = “Quítate las sandalias de los pies, pues el lugar
donde estás es tierra santa. =

34 = Bien vista tengo la opresión de mi pueblo que está en Egipto y he
oído sus gemidos y he bajado a librarles. Y ahora ven, que te
enviaré a
Egipto.” =

35 «A este Moisés, de quien renegaron diciéndole: = ¿quién te ha
nombrado jefe y juez? =, a éste envió Dios como jefe y redentor por mano
del ángel que se le apareció en la zarza.

36 Este les sacó, realizando = prodigios y señales en la tierra de
Egipto, = en el mar Rojo y = en el desierto durante cuarenta años. =

37 Este es el Moisés que dijo a los israelitas: = Dios os suscitará un
profeta como yo de entre vuestros hermanos. =

38 Este es el que, en = la asamblea = del desierto, estuvo con el ángel
que le hablaba en el monte Sinaí, y con nuestros padres; el que
recibió
palabras de vida para comunicárnoslas;

39 este es aquel a quien no quisieron obedecer nuestros padres, sino
que le rechazaron = para volver = su corazón = hacia Egipto, =

40 = y dijeron a Aarón: “Haznos dioses que vayan delante de
nosotros; porque este Moisés que nos sacó de la tierra de Egipto no
sabemos qué ha sido de él.” =

41 = E hicieron = aquellos días = un becerro y ofrecieron un sacrificio

= al ídolo e hicieron una fiesta a las obras de sus manos.


42 Entonces Dios se apartó de ellos y los entregó al culto del ejército
del cielo, como está escrito en el libro de los Profetas: = ¿Es
que me
ofrecisteis víctimas y sacrificios durante cuarenta años en el desierto, casa
de Israel? =

43 = Os llevasteis la tienda de Moloc y la estrella del dios Refán, las
imágenes que hicisteis = para adorarlas; = pues yo os llevaré más allá de =
Babilonia.

44 «Nuestros padres tenían en el desierto la Tienda del Testimonio,
como mandó el que dijo a Moisés que = la hiciera según el modelo = que
había visto.

45 Nuestros padres que les sucedieron la recibieron y la introdujeron
bajo el mando de Josué en el país ocupado por los gentiles, a los que Dios
expulsó delante de nuestros padres, hasta los días de David,

46 que halló gracia ante Dios y pidió = encontrar una Morada para =
la casa = de Jacob. =

47 Pero fue = Salomón = el que = le edificó Casa, =

48 aunque el Altísimo no habita en casas hechas por mano de hombre
como dice el profeta:

49 = El cielo es mi trono y la tierra el escabel de mis pies.
Dice el
Señor: ¿Qué Casa me edificaréis? O ¿cuál será el lugar de mi descanso?

50 ¿Es que no ha hecho mi mano todas estas cosas? =

51 «¡Duros de cerviz, incircuncisos de corazón y de oídos! ¡Vosotros
siempre resistís al Espíritu Santo! ¡Como vuestros padres, así vosotros!

52 ¿A qué profeta no persiguieron vuestros padres? Ellos mataron a
los que anunciaban de antemano la venida del Justo, de aquel a quien
vosotros ahora habéis traicionado y asesinado;

53 vosotros que recibisteis la Ley por mediación de ángeles y no la
habéis guardado.»

54 Al oír esto, sus corazones se consumían de rabia y rechinaban sus
dientes contra él.

55 Pero él, lleno del Espíritu Santo, miró fijamente al cielo y vio
la
gloria de Dios y a Jesús que estaba en pie a la diestra de Dios;

56 y dijo: «Estoy viendo los cielos abiertos y al Hijo del hombre que
está en pie a la diestra de Dios.»

57 Entonces, gritando fuertemente, se taparon sus oídos y se
precipitaron todos a una sobre él;

58 le echaron fuera de la ciudad y empezaron a apedrearle. Los
testigos pusieron sus vestidos a los pies de un joven llamado Saulo.

59 Mientras le apedreaban, Esteban hacía esta invocación: «Señor
Jesús, recibe mi espíritu.»

60 Después dobló las rodillas y dijo con fuerte voz: «Señor, no les
tengas en cuenta este pecado.» Y diciendo esto, se durmió.