15 Y al extender vosotros vuestras palmas, me tapo los ojos por no
veros. Aunque menudeéis la plegaria, yo no oigo. Vuestras manos están de
sangre llenas:
16 lavaos, limpiaos, quitad vuestras fechorías de delante de mi vista,
desistid de hacer el mal,
17 aprended a hacer el bien, buscad lo justo, dad sus derechos al
oprimido, haced justicia al huérfano, abogad por la viuda.
18 Venid, pues, y disputemos - dice Yahveh -: Así fueren vuestros
pecados como la grana, cual la nieve blanquearán. Y así fueren rojos como
el carmesí, cual la lana quedarán.
19 Si aceptáis obedecer, lo bueno de la tierra comeréis.