5 ¿En dónde golpearos ya, si seguís contumaces? La cabeza toda está
enferma, toda entraña doliente.
6 De la planta del pie a la cabeza no hay en él cosa sana:
golpes,
magulladuras y heridas frescas, ni cerradas, ni vendadas, ni ablandadas con
aceite.
7 Vuestra tierra es desolación, vuestras ciudades, hogueras de fuego;
vuestro suelo delante de vosotros extranjeros se lo comen, y es una
desolación como devastación de extranjeros.