10 Porque olvidaste a Dios tu salvador, y de la Roca de tu fortaleza no
te acordaste. Por eso plantabas plantíos deleitosos, y de mugrón extranjero
los sembraste.
11 Hoy tu plantío veías crecer, y florecer desde la mañana tu simiente.
Pero desaparecerá la mies el día de la enfermedad, y el dolor será incurable.