1 ¡Ay, tierra de susurro de alas, la de allende los ríos de Kus,
2 la que envía por mar embajadores, y en barcos de juncos sobre la
haz de las aguas! Id, mensajeros ligeros, a la nación esbelta y de brillante
piel, al pueblo temible desde siempre, nación vigorosa y dominadora, cuya
tierra surcan ríos.
3 Todos los moradores del orbe y habitantes de la tierra, al izarse
pendón en los montes, mirad, al tañerse el cuerno, escuchad;
4 que así me ha dicho Yahveh: Estaré quedo y observaré desde mi
puesto, como calor ardiente al brillar la luz, como nube de rocío en el calor
de la siega.