4 Entregaré a Egipto en manos de un señor duro, y un rey cruel los
dominará - oráculo del Señor Yahveh Sebaot -.
5 Se desecarán las aguas del mar, y el Río se secará y quedará seco;
hederán los ríos,
6 menguarán y se secarán los canales de Egipto. La caña y el junco se
marchitarán.
7 Los prados junto al canal, junto al borde del canal, y todo sembrado
del canal se secarán, serán aventados y desaparecerán.
8 Gemirán los pescadores, y se lamentarán todos los que echan en el
canal anzuelo; y los que extienden red sobre las aguas, languidecerán.
9 Estarán confusos los que trabajan el lino, cardadoras y tejedores
palidecerán.
10 Estarán sus tejedores abatidos, todos los jornaleros desanimados.
11 En verdad, están locos los príncipes de Soán, los sabios consejeros
de Faraón forman un estúpido consejo. ¿Cómo decís a Faraón: «Hijo de
sabios soy, hijo de reyes antiguos?»
12 Pues entonces, ¿dónde están tus sabios? Que te manifiesten, pues, y
te hagan conocer lo que ha planeado Yahveh Sebaot tocante a Egipto.
13 Han enloquecido los príncipes de Soán, han sido engañados los
príncipes de Nof; los jefes de sus tribus extravían a Egipto.
14 Yahveh ha infundido en ellos espíritu de vértigo que hace dar
tumbos a Egipto en todas sus empresas, como se tambalea el ebrio en
su
vomitona.
15 Y no le sale bien a Egipto empresa alguna que haga la cabeza o la
cola, la palmera o el junco.
16 Aquel día será Egipto como las mujeres. Temblará y se espantará
cada vez que Yahveh Sebaot menee su mano contra él.
17 El territorio de Judá será la afrenta de Egipto: cada vez que se lo
mienten, se espantará ante los planes que Yahveh Sebaot está
trazando
contra él.