6 Pues así me ha dicho el Señor: «Anda, pon un vigía que vea y avise.
7 Cuando vea carros, troncos de caballos, jinetes en burro, jinetes en
camello, preste atención, mucha atención.»
8 Y exclamó el vigía: «Sobre la atalaya, mi señor, estoy firme a lo
largo del día, y en mi puesto de guardia estoy firme noches enteras.
9 Pues bien: por ahí vienen jinetes, troncos de caballos.» Replicó y
dijo: «¡Cayó, cayó Babilonia, y todas las estatuas de sus dioses se
han
estrellado contra el suelo!»
10 Trilla mía y parva de mi era: lo que he oído de parte de Yahveh
Sebaot, Dios de Israel, os lo he anunciado.
11 Oráculo sobre Duma. Alguien me grita desde Seír: «Centinela,
¿qué hay de la noche? centinela, ¿qué hay de la noche?»