2 al pueblo como al sacerdote; al siervo como al señor; a la criada
como a su señora; al que compra como al que vende; al que presta como al
prestatario; al acreedor como a su deudor.
3 Devastada será la tierra y del todo saqueada, porque así ha hablado
Yahveh.
4 En duelo se marchitó la tierra, se amustia, se marchita el orbe,
el
cielo con la tierra se marchita.
5 La tierra ha sido profanada bajo sus habitantes, pues traspasaron las
leyes, violaron el precepto, rompieron la alianza eterna.
6 Por eso una maldición ha devorado la tierra, y tienen la culpa los que
habitan en ella. Por eso han sido consumidos los habitantes de la tierra, y
quedan pocos del linaje humano.
7 El mosto estaba triste, la viña mustia: se trocaron en suspiros todas
las alegrías del corazón.
8 Cesó el alborozo de los tímpanos, suspendióse el estrépito de los
alegres, cesó el alborozo del arpa.
9 No beben vino cantando: amarga el licor a sus bebedores.
10 Ha quedado la villa vacía, ha sido cerrada toda casa, y no se puede
entrar.
11 Se lamentan en las calles por el vino. Desapareció toda alegría,
emigró el alborozo de la tierra.
12 Ha quedado en la ciudad soledad, y de desolación está herida la
puerta.
13 Porque en medio de la tierra, en mitad de los pueblos, pasa como
en el vareo del olivo, como en los rebuscos cuando acaba la vendimia.