10 pues la ciudad fortificada ha quedado solitaria, mansión dejada y
abandonada como un desierto donde el novillo pace, se tumba y ramonea.
11 Cuando se seca su ramaje es quebrado en astillas: vienen mujeres y
le prenden fuego. Por no ser éste un pueblo inteligente, por eso no le tiene
piedad su Hacedor, su Plasmador no le otorga gracia.
12 Aquel día vareará Yahveh desde la corriente del Río hasta el
torrente de Egipto, y vosotros seréis reunidos de uno en uno, hijos de Israel.
13 Aquel día se tocará un cuerno grande, y vendrán los perdidos por
tierra de Asur y los dispersos por tierra de Egipto, y adorarán a Yahveh en