3 La fuerza del Faraón se os convertirá en vergüenza, y el amparo de
la sombra de Egipto, en confusión.
4 Cuando estuvieron en Soán sus jefes, y cuando sus emisarios
llegaron a Janés,
5 todos llevaron presentes a un pueblo que les será inútil, a un pueblo
que no sirve de ayuda - ni de utilidad - sino de vergüenza y de oprobio.
6 Oráculo sobre los animales del Négueb. Por tierra de angustia y
aridez, de leona y de león rugiente, de áspid y dragón volador,
llevan a
lomos de pollinos su riqueza, y sobre jiba de camellos sus tesoros hacia un
pueblo que no les será útil,
7 a Egipto, cuyo apoyo es huero y vano. Por eso he llamado a ese
pueblo «Ráhab la cesante.»
8 Ahora ven, escríbelo en una tablilla, grábalo en un libro, y que dure
hasta el último día, para testimonio hasta siempre:
9 Que es un pueblo terco, criaturas hipócritas, hijos que no aceptan
escuchar la instrucción de Yahveh;
10 que han dicho a los videntes: «No veáis»; y a los visionarios: «No
veáis para nosotros visiones verdaderas; habladnos cosas
halagüeñas,
contemplad ilusiones.
11 Apartaos del camino, desviaos de la ruta, dejadnos en paz del Santo
de Israel.»
12 Por tanto, así dice el Santo de Israel: Por cuanto habéis rechazado
vosotros esta palabra, y por cuanto habéis fiado en lo torcido y perverso y
os habéis apoyado en ello,
13 por eso será para vosotros esta culpa como brecha ruinosa en una
alta muralla, cuya quiebra sobrevendrá de un momento a otro,