3 Fortaleced las manos débiles, afianzad las rodillas vacilantes.
4 Decid a los de corazón intranquilo: ¡Animo, no temáis! Mirad que
vuestro Dios viene vengador; es la recompensa de Dios, él vendrá y
os
salvará.
5 Entonces se despegarán los ojos de los ciegos, y las orejas de
los
sordos se abrirán.
6 Entonces saltará el cojo como ciervo, y la lengua del mudo lanzará
gritos de júbilo. Pues serán alumbradas en el desierto aguas, y torrentes en
la estepa,
7 se trocará la tierra abrasada en estanque, y el país árido en manantial
de aguas. En la guarida donde moran los chacales verdeará la caña y
el
papiro.