1 Consolad, consolad a mi pueblo - dice vuestro Dios.
2 Hablad al corazón de Jerusalén y decidle bien alto que ya ha
cumplido su milicia, ya ha satisfecho por su culpa, pues ha recibido
de
mano de Yahveh castigo doble por todos sus pecados.
3 Una voz clama: «En el desierto abrid camino a Yahveh, trazad en la
estepa una calzada recta a nuestro Dios.