2 Así dice Yahveh que te creó, te plasmó ya en el seno y te da ayuda:
«No temas, siervo mío, Jacob, Yesurún a quien yo elegí.
3 Derramaré agua sobre el sediento suelo, raudales sobre la tierra seca.
Derramaré mi espíritu sobre tu linaje, mi bendición sobre cuanto de
ti
nazca.
4 Crecerán como en medio de hierbas, como álamos junto a corrientes
de aguas.
5 El uno dirá: “Yo soy de Yahveh”, el otro llevará el nombre de Jacob.
Un tercero escribirá en su mano: “De Yahveh” y se le llamará Israel.»
6 Así dice Yahveh el rey de Israel, y su redentor, Yahveh Sebaot: «Yo
soy el primero y el último, fuera de mí, no hay ningún dios.
7 ¿Quién como yo? Que se levante y hable. Que lo anuncie y
argumente contra mí; desde que fundé un pueblo eterno, cuanto sucede, que
lo diga, y las cosas del futuro, que las revele.