25 Yo hago que fallen las señales de los magos y que deliren los
adivinos; hago retroceder a los sabios y convierto su ciencia en necedad.
26 Yo confirmo la palabra de mi siervo y hago que triunfe el proyecto
de mis mensajeros. Yo digo a Jerusalén: «Serás habitada», y a las ciudades
de Judá: «Seréis reconstruidas.» ¡Yo levantaré sus ruinas!
27 Yo digo al abismo: «¡Sécate! Yo desecaré tus ríos.»