12 Yo hice la tierra y creé al hombre en ella. Yo extendí los cielos con
mis manos y doy órdenes a todo su ejército.
13 Yo le he suscitado para la victoria y he allanado todos sus caminos.
El reconstruirá mi ciudad y enviará a mis deportados sin rescate y
sin
recompensa», dice Yahveh Sebaot.
14 Así dice Yahveh: Los productos de Egipto, el comercio de Kus y
los sebaítas, de elevada estatura, vendrán a ti y tuyos serán. Irán detrás de
ti,
encadenados, ante ti se postrarán, y te suplicarán: «Sólo en ti hay Dios, no
hay ningún otro, no hay más dioses.»
15 De cierto que tú eres un dios oculto, el Dios de Israel, salvador.
16 Quedarán abochornados, afrentados, marcharán con ignominia los
fabricadores de ídolos.
17 Israel será salvado por Yahveh, con salvación perpetua. No
quedaréis abochornados ni afrentados nunca jamás.
18 Pues así dice Yahveh, creador de los cielos, él, que es Dios,
plasmador de la tierra y su hacedor, él, que la ha fundamentado, y no la creó
caótica, sino que para ser habitada la plasmó: «Yo soy Yahveh, no existe
ningún otro.
19 No he hablado en oculto ni en lugar tenebroso. No he dicho al
linaje de Jacob: Buscadme en el caos. Yo soy Yahveh, que digo lo que es
justo y anuncio lo que es recto.»
20 Reuníos y venid, acercaos todos, supervivientes de las naciones.
No saben nada los que llevan sus ídolos de madera, los que suplican a un
dios que no puede salvar.