2 Yo marcharé delante de ti y allanaré las pendientes. Quebraré los
batientes de bronce y romperé los cerrojos de hierro.
3 Te daré los tesoros ocultos y las riquezas escondidas, para que sepas
que yo soy Yahveh, el Dios de Israel, que te llamo por tu nombre.
4 A causa de mi siervo Jacob y de Israel, mi elegido, te he llamado por
tu nombre y te he ennoblecido, sin que tú me conozcas.
5 Yo soy Yahveh, no hay ningún otro; fuera de mí ningún dios existe.
Yo te he ceñido, sin que tú me conozcas,
6 para que se sepa desde el sol levante hasta el poniente, que todo es
nada fuera de mí. Yo soy Yahveh, no ningún otro;
7 yo modelo la luz y creo la tiniebla, yo hago la dicha y creo la
desgracia, yo soy Yahveh, el que hago todo esto.
8 Destilad, cielos, como rocío de lo alto, derramad, nubes, la victoria.
Abrase la tierra y produzca salvación, y germine juntamente la justicia. Yo,
Yahveh, lo he creado.
9 ¡Ay de quien litiga con el que la ha modelado, la vasija entre
las
vasijas de barro! ¿Dice la arcilla al que la modela: «¿Qué haces
tú?», y
«¿Tu obra no está hecha con destreza?»
10 ¡Ay del que dice a su padre!: «¿Qué has engendrado?» y a su
madre: «¿Qué has dado a luz?»
11 Así dice Yahveh, el Santo de Israel y su modelador: «¿Vais a
pedirme señales acerca de mis hijos y a darme órdenes acerca de la obra de
mis manos?
12 Yo hice la tierra y creé al hombre en ella. Yo extendí los cielos con
mis manos y doy órdenes a todo su ejército.