11 Vendrá sobre ti una desgracia que no sabrás conjurar; caerá sobre ti
un desastre que no podrás evitar. Vendrá sobre ti súbitamente
una
devastación que no sospechas.
12 ¡Quédate, pues, con tus sortilegios y tus muchas hechicerías con
que te fatigas desde tu juventud! ¿Te podrán servir de algo? ¿Acaso harás
temblar?
13 Te has cansado de tus planes. Que se presenten, pues, y que te
salven los que describen los cielos, los que observan las estrellas y hacen
saber, en cada mes, lo que te sucederá.
14 Mira, ellos serán como tamo que el fuego quemará. No librarán sus
vidas del poder de las llamas. No serán brasas para el pan ni llama ante la
cual sentarse.
15 Eso serán para ti tus hechiceros por los que te has fatigado desde tu
juventud. Cada uno errará por su camino, y no habrá quien te salve.