17 ¡Despierta, despierta! ¡Levántate, Jerusalén! Tú, que has bebido de
mano de Yahveh la copa de su ira. El cáliz del vértigo has bebido
hasta
vaciarlo.
18 No hay quien la guíe de entre todos los hijos que ha dado a luz, no
hay quien la tome de la mano de entre todos los hijos que ha criado.
19 Estas dos cosas te han acaecido - ¿quién te conduele? - saqueo y
quebranto, hambre y espada - ¿quién te consuela? -
20 Tus hijos desfallecen, yacen, en la esquina de todas las calles como
antílope en la red, llenos de la ira de Yahveh, de la amenaza de tu Dios.
21 Por eso, escucha esto, pobrecilla, ebria, pero no de vino.