Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Isaías 51, 3-12

3 Cuando haya consolado Yahveh a Sión, haya consolado todas sus
ruinas y haya trocado el desierto en Edén y la estepa en Paraíso de Yahveh,
regocijo y alegría se encontrarán en ella, alabanza y son de canciones.

4 Préstame atención, pueblo mío, mi nación, escúchame; que una
instrucción saldrá de mí, y juicio mío para luz de las naciones. Inminente,

5 cercana está mi justicia, saldrá mi liberación, y mis brazos juzgarán
a los pueblos. Las islas esperan en mí y cuentan con mi brazo.

6 Alzad a los cielos vuestros ojos y contemplad la tierra abajo, pues
los cielos como humareda se disiparán, la tierra como un vestido se gastará
y sus moradores como el mosquito morirán. Pero mi salvación por siempre
será, y mi justicia se mantendrá intacta.

7 Prestadme oído, sabedores de lo justo, pueblo consciente de mi ley.

No temáis las injurias de los hombres, y de sus ultrajes no os asustéis;

8 pues como un vestido se los comerá la polilla, y como lana los
comerá la tiña. Pero mi justicia por siempre será, y mi salvación
por
generaciones de generaciones.

9 ¡Despierta, despierta, revístete de poderío, oh brazo de Yahveh!

¡Despierta como en los días de antaño, en las generaciones pasadas!
¿No
eres tú el que partió a Ráhab, el que atravesó al Dragón?

10 ¿No eres tú el que secó la Mar, las aguas del gran Océano, el que
trocó las honduras del mar en camino para que pasasen los rescatados?

11 Los redimidos de Yahveh volverán, entrarán en Sión entre
aclamaciones, y habrá alegría eterna sobre sus cabezas. ¡Regocijo y alegría
les acompañarán! ¡Adiós, el penar y suspiros!

12 Yo, yo soy tu consolador. ¿Quién eres tú, que tienes miedo del
mortal y del hijo del hombre, al heno equiparado?