3 porque a derecha e izquierda te expandirás, tu prole heredará
naciones y ciudades desoladas poblarán.
4 No temas, que no te avergonzarás, ni te sonrojes, que no quedarás
confundida, pues la vergüenza de tu mocedad olvidarás, y la afrenta de tu
viudez no recordarás jamás.
5 Porque tu esposo es tu Hacedor, Yahveh Sebaot es su nombre; y el
que te rescata, el Santo de Israel, Dios de toda la tierra se llama.
6 Porque como a mujer abandonada y de contristado espíritu, te llamó
Yahveh; y la mujer de la juventud ¿es repudiada? - dice tu Dios.
7 Por un breve instante te abandoné, pero con gran compasión te
recogeré.
8 En un arranque de furor te oculté mi rostro por un instante, pero con
amor eterno te he compadecido - dice Yahveh tu Redentor.
9 Será para mí como en tiempos de Noé: como juré que no pasarían
las aguas de Noé más sobre la tierra, así he jurado que no me irritaré mas
contra ti ni te amenazaré.
10 Porque los montes se correrán y las colinas se moverán, mas mi
amor de tu lado no se apartará y mi alianza de paz no se moverá
- dice
Yahveh, que tiene compasión de ti.
11 Pobrecilla, azotada por los vientos, no consolada, mira que yo
asiento en carbunclos tus piedras y voy a cimentarte con zafiros.