Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Isaías 56, 1-12

1 Así dice Yahveh: Velad por la equidad y practicad la justicia, que mi
salvación está para llegar y mi justicia para manifestarse.

2 Dichoso el mortal que tal haga, el hombre que persevere en ello,
guardándose de profanar el sábado, guardando su mano de hacer nada
malo.

3 Que el extranjero que se adhiera a Yahveh, no diga: «¡De cierto que
Yahveh me separará de su pueblo!» No diga el eunuco: «Soy un árbol
seco.»

4 Pues así dice Yahveh: Respecto a los eunucos que guardan mis
sábados y eligen aquello que me agrada y se mantienen firmes en mi
alianza,


5 yo he de darles en mi Casa y en mis muros monumento y nombre
mejor que hijos e hijas; nombre eterno les daré que no será borrado.

6 En cuanto a los extranjeros adheridos a Yahveh para su ministerio,
para amar el nombre de Yahveh, y para ser sus siervos, a todo aquel que
guarda el sábado sin profanarle y a los que se mantienen firmes en
mi
alianza,

7 yo les traeré a mi monte santo y les alegraré en mi Casa de oración.
Sus holocaustos y sacrificios serán gratos sobre mi altar. Porque mi
Casa
será llamada Casa de oración para todos los pueblos.

8 Oráculo del Señor Yahveh que reúne a los dispersos de Israel. A los
ya reunidos todavía añadiré otros.

9 Bestias todas del campo, venid a comer, bestias todas del bosque.

10 Sus vigías son ciegos, ninguno sabe nada; todos son perros mudos,
no pueden ladrar; ven visiones, se acuestan, amigos de dormir.

11 Son perros voraces, no conocen hartura, y ni los pastores saben
entender. Cada uno sigue su propio camino cada cual, hasta el último, busca
su provecho

12 «Venid, voy a sacar vino y nos emborracharemos de licor, que el
día de mañana será como el de hoy, o muchísimo mejor.»