Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Isaías 57, 1-15

1 El justo perece, y no hay quien haga caso; los hombres buenos son
arrebatados, y no hay quien lo considere. Cuando ante la desgracia es
arrebatado el justo,

2 se va en paz. ¡Descansen en sus lechos todos los que anduvieron en
camino recto!

3 Pero vosotros venid acá, hijos de hechicera, raza adúltera que te
prostituyes:

4 ¿De quién os mofáis? ¿Contra quién abrís la boca y sacáis la lengua?

¿No sois vosotros engendros de pecado, prole bastarda?

5 Los que entráis en calor entre terebintos, bajo cualquier árbol
frondoso, degolladores de niños en las torrenteras, debajo de los resquicios
de las peñas.

6 En las piedras lisas del torrente tengas tu parte: ¡ellas, ellas te toquen
en suerte! Que también sobre ellas vertiste libaciones, hiciste
oblación.

¿Acaso con estas cosas me voy a aplacar?

7 Sobre montaña alta y empinada pusiste tu lecho. Hasta allí subiste a
hacer el sacrificio.

8 Detrás de la puerta y de la jamba pusiste tu memorial. Sí, te
desnudaste, subiste, y no conmigo, a tu lecho, y lo extendiste. Llegaste a un
acuerdo con aquellos con quienes te plugo acostarte, mirando
el
monumento.

9 Te has acercado con aceite para Mélek, multiplicaste tus aromas.

Enviaste a tus emisarios muy lejos, y los hiciste bajar hasta el seol.

10 De tanto caminar te cansaste, pero sin decir: «Me rindo.» Hallaste
el vigor de tu mano, y así no quedaste debilitada.


11 Pues bien, ¿de quién te asustaste y tuviste miedo, que fuiste
embustera, y de mí no te acordaste, no hiciste caso de ello? ¿No
es que
porque me callé desde siempre, a mí no me temiste?

12 Yo voy a denunciar tu virtud y tus hechos, y no te aprovecharán.
13 Cuando grites, que te salven los reunidos en torno a ti, que a todos

ellos los llevará el viento, los arrebatará el aire. Pero aquel que se ampare
en mí poseerá la tierra y heredará mi monte santo.

14 Entonces se dirá: Reparad, reparad, abrid camino, quitad los
obstáculos del camino de mi pueblo.

15 Que así dice el Excelso y Sublime, el que mora por siempre y cuyo
nombre es Santo. «En lo excelso y sagrado yo moro, y estoy también con el
humillado y abatido de espíritu, para avivar el espíritu de los abatidos, para
avivar el ánimo de los humillados.