3 - ¿Por qué ayunamos, si tú no lo ves? ¿Para qué nos humillamos, si
tú no lo sabes? - Es que el día en que ayunabais, buscabais vuestro negocio
y explotabais a todos vuestros trabajadores.
4 Es que ayunáis para litigio y pleito y para dar de puñetazos a
malvados. No ayunéis como hoy, para hacer oír en las alturas vuestra voz.
5 ¿Acaso es éste el ayuno que yo quiero el día en que se humilla el
hombre? ¿Había que doblegar como junco la cabeza, en sayal y ceniza
estarse echado? ¿A eso llamáis ayuno y día grato a Yahveh?
6 ¿No será más bien este otro el ayuno que yo quiero: desatar los lazos
de maldad, deshacer las coyundas del yugo, dar la libertad
a los
quebrantados, y arrancar todo yugo?
7 ¿No será partir al hambriento tu pan, y a los pobres sin hogar recibir
en casa? ¿Que cuando veas a un desnudo le cubras, y de tu semejante no te
apartes?
8 Entonces brotará tu luz como la aurora, y tu herida se curará
rápidamente. Te precederá tu justicia, la gloria de Yahveh te seguirá.
9 Entonces clamarás, y Yahveh te responderá, pedirás socorro, y dirá:
«Aquí estoy.» Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas
maldad,
10 repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada,
resplandecerá en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía.
11 Te guiará Yahveh de continuo, hartará en los sequedales tu alma,
dará vigor a tus huesos, y serás como huerto regado, o como
manantial
cuyas aguas nunca faltan.
12 Reedificarán, de ti, tus ruinas antiguas, levantarás los cimientos de
pasadas generaciones, se te llamará Reparador de brechas, y Restaurador de
senderos frecuentados.
13 Si apartas del sábado tu pie, de hacer tu negocio en el día santo, y
llamas al sábado «Delicia», al día santo de Yahveh «Honorable», y lo
honras evitando tus viajes, no buscando tu interés ni tratando asuntos,