8 Entonces brotará tu luz como la aurora, y tu herida se curará
rápidamente. Te precederá tu justicia, la gloria de Yahveh te seguirá.
9 Entonces clamarás, y Yahveh te responderá, pedirás socorro, y dirá:
«Aquí estoy.» Si apartas de ti todo yugo, no apuntas con el dedo y no hablas
maldad,
10 repartes al hambriento tu pan, y al alma afligida dejas saciada,
resplandecerá en las tinieblas tu luz, y lo oscuro de ti será como mediodía.
11 Te guiará Yahveh de continuo, hartará en los sequedales tu alma,
dará vigor a tus huesos, y serás como huerto regado, o como
manantial
cuyas aguas nunca faltan.
12 Reedificarán, de ti, tus ruinas antiguas, levantarás los cimientos de
pasadas generaciones, se te llamará Reparador de brechas, y Restaurador de
senderos frecuentados.
13 Si apartas del sábado tu pie, de hacer tu negocio en el día santo, y
llamas al sábado «Delicia», al día santo de Yahveh «Honorable», y lo
honras evitando tus viajes, no buscando tu interés ni tratando asuntos,
14 entonces te deleitarás en Yahveh, y yo te haré cabalgar sobre los
altozanos de la tierra. Te alimentaré con la heredad de Jacob tu
padre;
porque la boca de Yahveh ha hablado.