Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

Isaías 60, 1-15

1 ¡Arriba, resplandece, que ha llegado tu luz, y la gloria de Yahveh
sobre ti ha amanecido!

2 Pues mira cómo la oscuridad cubre la tierra, y espesa nube a los
pueblos, mas sobre ti amanece Yahveh y su gloria sobre ti aparece.

3 Caminarán las naciones a tu luz, y los reyes al resplandor de tu
alborada.

4 Alza los ojos en torno y mira: todos se reúnen y vienen a ti.
Tus
hijos vienen de lejos, y tus hijas son llevadas en brazos.

5 Tú entonces al verlo te pondrás radiante, se estremecerá y se
ensanchará tu corazón, porque vendrán a ti los tesoros del mar, las riquezas
de las naciones vendrán a ti.

6 Un sin fin de camellos te cubrirá, jóvenes dromedarios de Madián y
Efá. Todos ellos de Sabá vienen portadores de oro e incienso y pregonando
alabanzas a Yahveh.


7 Todas las ovejas de Quedar se apiñarán junto a ti, los machos
cabríos de Nebayot estarán a tu servicio. Subirán en holocausto agradable a
mi altar, y mi hermosa Casa hermosearé aún más.

8 ¿Quiénes son éstos que como nube vuelan, como palomas a sus
palomares?

9 Los barcos se juntan para mí, los navíos de Tarsis en cabeza, para
traer a tus hijos de lejos, junto con su plata y su oro, por el
nombre de
Yahveh tu Dios y por el Santo de Israel, que te hermosea.

10 Hijos de extranjeros construirán tus muros, y sus reyes se pondrán
a tu servicio, porque en mi cólera te herí, pero en mi benevolencia he tenido
compasión de ti.

11 Abiertas estarán tus puertas de continuo; ni de día ni de noche se
cerrarán, para dejar entrar a ti las riquezas de las naciones, traídas por sus
reyes.

12 Pues la nación y el reino que no se sometan a ti perecerán,
esas
naciones serán arruinadas por completo.

13 La gloria del Líbano vendrá a ti, el ciprés, el olmo y el boj a una, a
embellecer mi Lugar Santo y honrar el lugar donde mis pies reposan.

14 Acudirán a ti encorvados los hijos de los que te humillaban, se
postrarán a tus pies todos los que te menospreciaban, y te llamarán
la
Ciudad de Yahveh, la Sión del Santo de Israel.

15 En vez de estar tú abandonada, aborrecida y sin viandantes, yo te
convertiré en lozanía eterna, gozo de siglos y siglos.