4 Edificarán las ruinas seculares, los lugares de antiguo desolados
levantarán, y restaurarán las ciudades en ruinas, los lugares por
siempre
desolados.
5 Vendrán extranjeros y apacentarán vuestros rebaños, e hijos de
extraños serán vuestros labradores y viñadores.
6 Y vosotros seréis llamados «sacerdotes de Yahveh», «ministros de
nuestro Dios» se os llamará. La riqueza de las naciones comeréis y en su
gloria les sucederéis.
7 Por cuanto su vergüenza había sido doble, y en lugar de afrenta,
gritos de regocijo fueron su herencia, por eso en su propia tierra heredarán
el doble, y tendrán ellos alegría eterna.
8 Pues yo, Yahveh, amo el derecho y aborrezco la rapiña y el crimen.
Les daré el salario de su trabajo lealmente, y alianza eterna
pactaré con
ellos.
9 Será conocida en las naciones su raza y sus vástagos entre los
pueblos; todos los que los vean reconocerán que son raza bendita de
Yahveh.
10 «Con gozo me gozaré en Yahveh, exulta mi alma en mi Dios,
porque me ha revestido de ropas de salvación, en manto de justicia me ha
envuelto como el esposo se pone una diadema, como la novia se adorna con
aderezos.
11 Porque, como una tierra hace germinar plantas y como un huerto
produce su simiente, así el Señor Yahveh hace germinar la justicia y
la
alabanza en presencia de todas las naciones.»