14 cual ganado que desciende al valle? El Espíritu de Yahveh los llevó
a descansar. Así guiaste a tu pueblo, para hacerte un nombre glorioso.
15 observa desde los cielos y ve desde tu aposento santo y glorioso.
¿Dónde está tu celo y tu fuerza, la conmoción de tus entrañas? ¿Es que tus
entrañas se han cerrado para mí?
16 Porque tú eres nuestro Padre, que Abraham no nos conoce, ni Israel
nos recuerda. Tú, Yahveh, eres nuestro Padre, tu nombre es «El que
nos
rescata» desde siempre.
17 ¿Por qué nos dejaste errar, Yahveh, fuera de tus caminos,
endurecerse nuestros corazones lejos de tu temor? Vuélvete, por amor
de
tus siervos, por las tribus de tu heredad.
18 ¿Por qué el enemigo ha invalido tu santuario, tu santuario han
pisoteado nuestros opresores?
19 Somos desde antiguo gente a la que no gobiernas, no se nos llama
por tu nombre. ¡Ah si rompieses los cielos y descendieses - ante tu faz los
montes se derretirían,