18 Aquí estamos yo y los hijos que me ha dado Yahveh, por señales y
pruebas en Israel, de parte de Yahveh Sebaot, el que reside en el
monte
Sión.
19 Y cuando os dijeren: «Consultad a los nigromantes y a los adivinos
que bisbisean y murmujean; ¿es que no consulta un pueblo a sus dioses, por
los vivos a los muertos?»:
20 en pro de la enseñanza y el testimonio ¡Vaya si dirán cosa tal! Lo
que no tiene provecho.
21 Pasará por allí lacerado y hambriento, y así que le dé el hambre, se
enojará y faltará a su rey y a su Dios. Volverá el rostro a lo alto,
22 la tierra oteará, y sólo habrá cerrazón y negrura, lobreguez prieta y
tiniebla espesa.
23 Pues, ¿no hay lobreguez para quien tiene apretura? Como el tiempo
primero ultrajó a la tierra de Zabulón y a la tierra de Neftalí, así el postrero
honró el camino del mar, allende el Jordán, el distrito de los Gentiles.