10 Entre muchos pastores destruyeron mi viña, hollaron mi heredad,
trocaron mi mejor campa en un yermo desolado.
11 La convirtieron en desolación lamentable, en inculta para mí.
Totalmente desolado está todo el país porque no hay allí nadie que lo sienta.
12 Sobre todos los calveros del desierto han venido saqueadores
(porque una espada tiene Yahveh devorada), de un cabo al otro de la tierra
no hubo cuartel para alma viviente.
13 Sembraron trigo, y espinos segaron, se afanaron sin provecho.
Vergüenza les dan sus cosechas, por causa de la ira ardiente de Yahveh.
14 Así dice Yahveh: En cuanto a todos los malos vecinos que han
tocado la heredad que di en precio a mi pueblo Israel, he aquí que yo los
arranco de su solar. (Y a la casa de Judá voy a arrancarla de en medio de
ellos.)
15 Pero luego de haberlos arrancado, me volveré y les tendré lástima,
y les haré retornar, cada cual a su heredad y a su tierra.
16 Y entonces, si de veras aprendieron el camino de mi pueblo
jurando en mi Nombre: «¡Por vida de Yahveh!» - lo mismo que ellos
enseñaron a mi pueblo a jurar por Baal - serán restablecidos a la par de mi
pueblo.
17 Mas si no obedecen, arrancaré a aquella gente y arrancada quedará
y la haré perecer - oráculo de Yahveh -.