6 Al cabo de mucho tiempo me dijo Yahveh: «Levántate, vete al
Eufrates y recoges de allí la faja que te mandé que escondieras allí.»
7 Yo fui al Eufrates, cavé, recogí la faja del sitio donde la había
escondido y he aquí que se había echado a perder la faja: no valía
para
nada.
8 Entonces me fue dirigida la palabra de Yahveh en estos términos:
9 «Así dice Yahveh: Del mismo modo echaré a perder la mucha
soberbia de Judá y de Jerusalén.
10 Ese pueblo malo que rehúsa oír mis palabras, que caminan según la
terquedad de sus corazones y han ido en pos de otros dioses a servirles y
adorarles, serán como esta faja que no vale para nada.