6 Morirán grandes y chicos en esta tierra. No se les sepultará, ni nadie
les plañirá, ni se arañarán ni se raparán por ellos,
7 ni se partirá el pan al que está de luto para consolarle por el muerto,
ni le darán a beber la taza consolatoria por su padre o por su madre.
8 Y en casa de convite tampoco entres a sentarte con ellos a comer y
beber.
9 Que así dice Yahveh Sebaot, el Dios de Israel: He aquí que voy a
hacer desaparecer de este lugar, a vuestros propios ojos y en vuestros días,
toda voz de gozo y alegría, la voz del novio y la voz de la novia.
10 Luego, cuando hayas comunicado a este pueblo todas estas
palabras, y te digan: «¿Por qué ha pronunciado Yahveh contra nosotros
toda esta gran desgracia? ¿cuál es nuestra culpa, y cuál nuestro pecado que
hemos cometido contra Yahveh nuestro Dios?»,
11 tú les dirás: «Es porque me dejaron vuestros padres - oráculo de
Yahveh - y se fueron tras otros dioses y les sirvieron y adoraron, y a mí me
dejaron, y mi Ley no guardaron.
12 Y vosotros mismos habéis hecho peor que vuestros padres, pues he
aquí que va cada uno en pos de la dureza de su mal corazón, sin
escucharme.
13 Pero yo os echaré lejos de esta tierra, a otra que no habéis conocido
vosotros ni vuestros padres, y serviréis allí a otros dioses día y noche, pues
no os otorgaré perdón.»
14 En efecto, mirad que vienen días - oráculo de Yahveh - en que no
se dirá más: «¡Por vida de Yahveh, que subió a los hijos de
Israel de
Egipto!»,
15 sino: «¡Por vida de Yahveh, que subió a los hijos de Israel del país
del norte, y de todos los países a donde los arrojara!» Pues yo los devolveré
a su solar, que di a sus padres.
16 He aquí que envío a muchos pescadores - oráculo de Yahveh - y
los pescarán. Y luego de esto enviaré a muchos cazadores, y los cazarán de
encima de cada monte y de cada cerro y de los resquicios de las peñas.
17 Porque mis ojos están puestos sobre todos sus caminos: no se me
ocultan, ni se zafa su culpa de delante de mis ojos.
18 Pagaré doblado por su culpa y su pecado, porque ellos execraron
mi tierra con la carroña de sus Monstruos abominables, y de
sus
Abominaciones llenaron mi heredad.